Los barcos, aparejos y velas han evolucionado continuamente, así como el concepto de maniobra también nos permite disfrutar mucho más de la navegación a vela. Los barcos son cada vez más grandes y manejables por menos tripulación, con ayudas eléctricas o hidráulicas.
A las velas, les exigimos que tengan un buen rendimiento en un amplio rango de viento sin deformarse ni desgastarse. Nuevos materiales, más resistentes y ligeros han permitido conseguir estas velas más polivalentes y por otra parte reducir el inventario de velas, dejandonos más espacio libre para la estiba.
La maniobra de los veleros también se ha desarrollado mucho y es cada vez más fiable y segura. Las mayores bajan plegándose en su lazy bag o en su botavara en V, o incluso se enrollan en el mástil o en la botavara, los foques sin solape y montados en enrolladores se maniobran prácticamente desde la bañera y ahora hasta los Gennakers y Códigos se enrollan, facilitando la maniobra y aportando una seguridad que nos anima a utilizarlos a menudo.
Por eso, cuando recomendamos velas de alta gama, a veces tiene mucho sentido, porque les estamos exigiendo que cubran el rango de condiciones que antes requerían varias velas, y que cuando no se hacían estos cambios de vela, provocaban grandes escoras, pérdidas de control, roturas y averías.
Una vela bien diseñada, que no se deforme y que podamos ajustar adecuadamente nos podrá dar mejor rendimiento en un abanico más amplio de condiciones.